La verdadera esencia de saber que estas actuando conforme al sentido correcto de la vida es no saber lo que estas haciendo. Esto se explica ya que la vida en si misma no tiene sentido.
Podemos, tratamos, a veces con ingenio y otras veces con dogmatismo, incluso por la fuerza, de darle a la vida un sentido único y superior a todos los demás. Otros, más humildes o con más soberbia, asumen un camino donde el sentido refiere a revelaciones que en si mismas dicen la verdad.
Los menos pretenden enfrentar la vida, mediante la firme creencia de que no existe una verdad en si misma, o de existir, el hombre no tiene acceso a ella. Si hay algo como la naturaleza humana, esta se les opone. Es la naturaleza del hombre, más que conocer, dar sentido, dar sentido o evitar la pregunta por el sentido, evadiendo la angustia que el sinsentido supone para el hombre, mediante quehaceres, preguntas y respuestas intermedias que entretengan. Que sostengan la existencia entre el cielo y la tierra, entre el presente retroactivo y el futuro incierto.
La fe es una respuesta antes de una pregunta. Y la ciencia, mas modesta en su esencia, se presta al uso de los hombres, quienes la crean para, concientes o no de ello, usarla a su gusto, torciendo sus mismas bases y transformarla entonces en otra fe.
Es que la ciencia, siempre es pregunta antes que respuesta y por ello no es suficiente para apaciguar al hombre, al ser humano, cuya naturaleza le empuja, cuya mente le fuerza, y cuyo espíritu, en tanto vivencia única, le demanda respuestas; verdad.
Parcialmente reconstruimos los hechos que la realidad consensuada, pero no única ni retenible, nos presenta. Intentamos asignarle una causalidad que siempre es ficticia. El hombre no tiene acceso a la verdad, ya que la verdad no es única. El hombre no puede fijarse la verdad, sin mentirse, sin dejar de lado la naturaleza de la verdad.
La naturaleza de la verdad es que existe sin forma única. Existe en tanto se le crea por un ser distinto a ella y sin embargo cada verdad es verdadera para quien la inventa.
Y entonces aparece la pregunta inaugurada hace poco, aunque quizás sea más antigua. ¿Somos seres indivisibles y conscientes? ¿O existe lo inconsciente y somos juguetes de otros que somos nosotros mismos? Cual es entonces la verdad sobre nosotros mismos. En que queda entonces la pregunta del (sin)sentido. ¿Qué significa entonces el “conócete a ti mismo”?
domingo, 5 de agosto de 2007
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1 comentario:
Veo que se une al mundo de la ñoñería Blog, muy bien me parece pue... siga asi, esta puesto en mis links ya asi a producir basura...
Es cierto, lo creo, tengo Fe en ello... y si dejó de ser Dios por culpa del hombre secular, y la ciencia por el racional, ¿deja entonces de ser la fantasia para el soñador? ¿O la rutina fría para el amargado?
Pretender verdad es pretender a dios en si mismo. Ya lo decían los añejos... ciencia como nueva religión, la religión de la ciencia, no confunda la religión con la ciencia!!! Pretender verdad unívoca es un equívoco, pretender a un solo dios es igualmente irracional.
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